Implantes dentales

Los implantes dentales son las  raíces de los futuros dientes, fabricadas en titanio puro, material que no genera rechazo. Se colocan en el maxilar mediante una intervención, normalmente muy rápida, para que sirva de soporte a la corona dental.

En algunos casos  incluso, podremos realizar carga inmediata, es decir,  que  nada más colocar los implantes, se toman medidas y en pocas horas ya se puede atornillar una dentadura provisional.

Los implantes dentales son actualmente la mejor opción para sustituir las piezas dentales perdidas.

¿Qué se necesita para colocar un implante dental?

  • Buena salud general: Es importante que el paciente esté en buen estado de salud. Enfermedades como diabetes no controlada, problemas de coagulación o inmunosupresión pueden afectar el éxito del tratamiento.

  • Salud bucal adecuada: Antes de colocar un implante, se debe tratar cualquier infección, caries, enfermedad periodontal o inflamación en la boca. La cavidad oral debe estar libre de focos infecciosos.

  • Hueso suficiente y de buena calidad: El implante necesita una base sólida para integrarse. Por eso, es necesario tener suficiente hueso maxilar o mandibular.

  • Encía sana: El tejido blando (las encías) también debe estar sano, ya que cumple un rol importante en la cicatrización y en el soporte estético del implante.

  • No fumar (o reducirlo al mínimo): Fumar puede comprometer la osteointegración (la unión entre el implante y el hueso) y aumentar el riesgo de fracaso. Lo ideal es dejar de fumar antes y después del tratamiento.

Ventajas de los implantes dentales

  • Reemplazan dientes perdidos de forma permanente: Los implantes son una solución fija y duradera que reemplaza tanto la raíz como la corona del diente perdido, imitando su función y apariencia natural.

  • Mejoran la estética y la sonrisa: Al integrarse de forma armoniosa con los demás dientes, los implantes recuperan la apariencia estética de la sonrisa y evitan el colapso de los tejidos faciales.

  • Recuperan la función masticatoria: Permiten masticar con seguridad y comodidad, incluso alimentos duros, sin molestias ni limitaciones, como ocurre con algunas prótesis removibles.

  • Evitan la pérdida de hueso: Los implantes estimulan el hueso maxilar o mandibular, previniendo su reabsorción, algo que sucede naturalmente tras perder un diente.

  • No afectan a los dientes vecinos: A diferencia de los puentes dentales, los implantes no necesitan desgastar dientes adyacentes, preservando así las piezas sanas.

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Un implante dental es una pequeña pieza de titanio (u otro material biocompatible) que se coloca quirúrgicamente en el hueso maxilar o mandibular para reemplazar la raíz de un diente perdido. Sobre él se coloca una corona que simula el diente natural.

En general, sí, siempre que tenga buena salud general, encías sanas y suficiente hueso para sostener el implante. En caso contrario, pueden requerirse tratamientos previos, como injertos óseos.

No. La cirugía se realiza con anestesia local, y muchos pacientes comentan que sienten menos molestias que al extraerse un diente. Es normal un poco de inflamación o molestia después, pero se controla fácilmente con medicación.

Con buen cuidado, un implante puede durar más de 20 años o incluso toda la vida. Su éxito depende en gran parte de la higiene del paciente y los controles periódicos.

Varía según cada caso. Generalmente, después de colocar el implante se debe esperar entre 3 y 6 meses para que se integre al hueso (osteointegración) antes de colocar la corona. En algunos casos se puede hacer carga inmediata.

Si el hueso no es suficiente, se puede realizar un injerto óseo para regenerarlo antes de colocar el implante. Esto se valora con estudios radiográficos o tomografías.

Los implantes deben cepillarse como los dientes naturales, usar hilo dental o cepillos interproximales, y asistir a revisiones periódicas. No requieren cuidados especiales, pero sí constancia.

No es común. Los implantes están hechos de materiales biocompatibles, como el titanio. En raros casos puede haber falla en la integración por infección, falta de higiene o factores de salud del paciente.