¿Qué es el Bruxismo?

El bruxismo es el movimiento involuntario e inconsciente de apretar la mandíbula, provocando el rechinar de los dientes. Esta patología, la vamos a manifestar principalmente durante el  estado del sueño, acentuándose en periodos de ansiedad, estrés, tensión, depresión,…  y se va a poder desarrollar a cualquier edad y en ambos sexos.

La fuerza que vas a generar con tu boca, puede llevarte a presentar problemas periodontales, con movilidad dentaria y si persiste el desgaste de tus dientes, puede desembocar en fracturas de los mismos. El bruxismo está muy relacionado con algunas patologías de la articulación (ATM). Estas patologías sino son tratadas a tiempo, pueden llevarnos a desagradables procesos inflamatorios, ruidos articulares,….. y dolor. Mucho dolor.

¿Por qué se produce el bruxismo?

El bruxismo es una condición caracterizada por el rechinamiento o apretamiento involuntario de los dientes, que puede ocurrir tanto durante el día como durante la noche. Esta patología no tiene una única causa específica, sino que suele ser el resultado de una combinación de factores físicos, psicológicos y, en algunos casos, neurológicos.

Entre las causas más comunes del bruxismo se encuentra la maloclusión dental, es decir, una alineación incorrecta de los dientes que puede alterar la manera en que encajan las arcadas superior e inferior,. Otro factor implicado es la debilidad de la musculatura extensora cervical, que se relaciona con una postura inadecuada del cuello y la cabeza. Además, el estrés emocional y la ansiedad son factores psicosomáticos ampliamente reconocidos en el desarrollo del bruxismo.

¿Cómo me lo puedo tratar?

Una vez identifiquemos la causa, los tratamientos pueden ser variados y específicos en cada caso.  Estos pueden ir , desde intentar ajustarte y mejorar tu oclusión, a potenciarte  la musculatura cervical o incluso  intentar relajarte la musculatura masticatoria  con férulas de descarga y/o infiltraciones de Botox, entre otros tratamientos.

 En casos de grandes desgastes dentales con faltas de dientes, a veces vamos a tener que realizar tratamientos multidisciplinares (reabilitaciones protésicas, colocación de implantes, tratamientos ortodónticos,…),permitiéndote recuperar la funcionalidad, una oclusión y  masticación correcta, además de una  importante mejora estética.

¿Botox para tratar el bruxismo?

La infiltración de Botox dentro de los músculos de la masticación, van a producirte una disminución de la fuerza de estos músculos cuando aprietas los dientes. Este tratamiento nos va a permitir eliminarte el dolor y disminuir tu musculatura hipertrofiada. Por lo general la hipertrofia muscular, puede darte la impresión que tienes una cara más cuadrada o ancha. Al poder tratarte esta hipertrofia con Botox, tus músculos van a reducir su grosor, lo que va a beneficiarte  provocándote un afinamiento de tu  rostro, mejorando así tu estética facial.

El bruxismo es una alteración funcional que se manifiesta como el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, ya sea durante el día (bruxismo diurno) o por la noche mientras se duerme (bruxismo nocturno).

Los síntomas incluyen dolor o tensión en los músculos de la mandíbula, desgaste dental, sensibilidad en los dientes, dolores de cabeza, molestias en el cuello o en los oídos, e incluso dificultad para abrir la boca completamente.

Las causas son múltiples y pueden incluir el estrés y la ansiedad, maloclusiones dentales (mala alineación de los dientes), debilidad en la musculatura cervical, alteraciones del sueño, y factores neurológicos o emocionales.

Muchas personas no son conscientes de que lo padecen. Sin embargo, los signos como dolor al despertar, rechinamiento detectado por la pareja, desgaste dental o molestias en la mandíbula pueden ser indicativos. Un dentista puede confirmar el diagnóstico.

Puede serlo si no se trata. El bruxismo prolongado puede causar daños severos en los dientes, problemas en la articulación temporomandibular (ATM), y dolores musculares crónicos en la zona cervical y facial.

No existe una “cura única”, pero sí tratamientos eficaces. Dependiendo de la causa, puede incluir el uso de férulas de descarga, terapia física, corrección dental, técnicas de manejo del estrés, y en algunos casos, terapia psicológica o tratamiento farmacológico.

Reducir el estrés diario, mantener una buena higiene del sueño, evitar el consumo excesivo de cafeína o alcohol, y acudir regularmente al dentista para controlar el estado de los dientes y la mordida son medidas útiles de prevención.

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